viernes, 4 de agosto de 2017

RECORDANDO (4): UN BUEN PUÑADO DE RIBADENSES

Hoy quiero recordar a un grupo de compañeros de colegio y algunos amigos que ya no están con nosotros. Nombro a algunos, a los más próximos a mí. José Jesús Rico Ocampo, al que llamábamos Obe por ser hijo del maestro allí residente. Un buen tipo, listo y divertido en sus cosas. Luis Penzol, bueno y amable como pocos y, posiblemente, el amigo con el que intercambié más confidencias. Antonio Sotelo, que consumió casi toda su vida ...como marino. Jesús López Díaz, uno de los dos hermanos “Remourelle”. Luis de Mira, compañero de travesías a Figueras y algunos paseos por La Coruña. Su hermano, Marcial de Mira. Carlos Nistal, recientemente fallecido, copartícipe de anécdotas y vivencias en los sesenta. Alfredo Deaño Gamallo, amigo inquieto y divertido, a la vez que buen curriculum en Filosofía. Amadeo Arango, colega de profesión y también en esto de escribir libros sobre Ribadeo. José Lamas, otro más del grupo de amigos de mis años de juventud. Paco Abad siempre ocurrente. Y otros que no nombro para no alargarme. Y curiosamente, ellas, las compañeras, están todas ahí, entre nosotros.

Y no me puedo olvidar de algunos de los profesores de La Academia, los más próximos a mí. Juan Suárez Acevedo, mi primer director. Salvador Díaz Echevarría, mi tío, profesor y director. Cándido García Riesgo, último director y buen amigo de todos nosotros. Nos dio mucho en poco tiempo. José Benito Santana, mi excelente profesor de matemáticas y posiblemente con el que tuve mayor identificación. Ramón Soto, todo humor y buen hacer. Nos dejó un recuerdo inolvidable. Amando Suárez Couto, amable, sencillo y excelente pintor y dibujante. Nito Sarmiento, mi profe particular de inglés con una curiosa vida anterior en La Habana. No olvido sus clases en el Cantón Bar, junto a un café. Y Mary Paz Otero Aenlle, Paco Lamas y sobre todo, Ramón el Bedel. ¿Qué contar de este sencillo y trabajador bedel de La Academia? Necesitaría varios post como éste para narrar anécdotas y vivencias suyas.

El próximo 11 de agosto, nos reuniremos en la comida anual los antiguos compañeros (“chicos y chicas”) de curso. Y antes, en la iglesia de la Virgen de Villaselán, rezaremos una oración por todos esos que compartieron pupitre con nosotros y ya se fueron, poco a poco, de esta vida. Descansen en paz. Mi agradecimiento a todos ellos por su tiempo de cercanía y compañía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario