sábado, 21 de marzo de 2020

DIARIO DE ESTOS DÍAS...


DÍA TERCERO



Seguimos encerrados. Y he vuelto a ver, en mi salida a buscar el pan, la calle vacía. Más desierta todavía. Y en la panadería nos colocamos todos a dos metros. Sin que nadie nos lo indique y sin palabras. La gente no habla en la calle. Observa y punto. Al llegar a mi portal, me detuve unos instantes mirando el mar que tengo muy cerca. La Torre de Hércules a la vista. Y la duna de Riazor, con las olas aproximándose, me invitaban a recorrer los pocos metros que me separan del arenal. Pero no... no es posible. Hecho mucho de menos ese paseo y sentir la brisa marina o el ventarrón en mi rostro. No es posible. En mi terraza hace algunos días que vuelve a dar el sol. Señal inequívoca de que el invierno se queda atrás. Preparé las dos hamacas. Y hete aquí que hoy llueve y hay anuncio de regreso del frio. Habrá que esperar. Estos días afloran más los sentimientos. De todo tipo. Pienso más en la familia, en los amigos. Revolotea mi mente hacia adelante y hacia atrás. Debe de ser eso de los sentimientos. He aumentado mi tiempo de gimnasia y mantenimiento físico, dentro de casa, por supuesto. Creo que es importante el mantenerse en forma. No anquilosarse al no caminar por las calles. Esto os lo recomiendo. En internet tenéis muchos videos para esto. Hasta camino de un extremo a otro de la casa un buen rato. Pensad, sobre todo los que sois de mi generación o los que vais siendo mayorcetes, que es vital mover el esqueleto.



Y en lo anímico? Que te voy a contar. Puede ser el punto débil en esta situación. Un punto a cuidar tanto como lo físico y a mantener lo más alto que se pueda. Pero para eso todo lo que os recomendé en mis post de los dos últimos días. Me ha emocionado la imagen de los italianos, con las ventanas abiertas a una hora y cantando todos, su himno nacional. Para espantar las meigas que diríamos aquí. Los miedos y sus fantasmas. Los hispanos eso no lo hacemos. Los aplausos de ayer a los sanitarios es otro tema. Al atardecer retomo los relatos cortos que estoy escribiendo. Pero estos días me sale más la veta romántica y algo nostálgica y esos relatos van por otro camino. Se acerca la noche, pasito a pasito. Como ayer, os avanzo que noto vuestra proximidad en esas horas. Cuando el día ha escapado dejando vía libre a las sombras. Al entrar en Facebook y leer vuestros post y vuestros comentarios a los míos. Al final del día habremos subido otro peldaño de esta escalera ignota de la cuarentena y el aislamiento. Buenas noches amigo, buenas noches amiga. Seguimos conversando. ¿Vale?







DIARIO DE ESTOS DÍAS...


DÍA SEGUNDO

Ahora ya todos encerrados. Unidos a ese lema que pasará a la historia. A la nuestra y a la de todo el país. Yomequedoencasa. Mi única salida hoy ha sido recorrer los poco más de cien metros para ir a buscar el pan. Gente por la calle en busca de supermercado. Y bastante silencio. Caras serias y sin mirarnos apenas. Desconfianza del contagio. Al quedarnos en casa, uno de los problemas que puede surgir es el psicológico. No solo de temor al contagio o a ver en la tele la escalada de enfermos. El factor de qué hacer y como superar el no salir a la calle. De estar encerrados, que de eso se trata. Es la hora de hacernos fuertes, individual y colectivamente. De gritarnos por dentro "resistiré". Y de ponernos a llevar un abanico de actividades. Las mías ya os las expuse en el post anterior. Hacer cosas que nos puedan resultar agradables y nos den energía positiva. En el caso de que haya niños, lógicamente hay que organizarse con ellos para que hagan cosas variadas y entretenidas. Aparte de seguir estudiando, claro está. Y si no los hay, si estamos solos los adultos, hay que superar la tentación de quedarse tirado en un sofá, ante la tele, escuchando todo el día las noticias tremendas que aparecen continuamente. Hay que estar enterados y conocer las instrucciones que nos vayan dando las autoridades sanitarias. Pero, mira, lee esa novela o ese libro que no has tenido tiempo antes, cuando preferías ir a tomar un café o una cerveza a una terraza. Visiona aquella película que tienes guardada o escoge alguna adecuada y que te entretenga de las que se ofrecen en los distintos medios. ¿Te gusta o te gustaba pintar o dibujar? Ponte manos a la obra. No importa el tiempo que haya pasado. O escribe si te gusta. Lo que sea. Suelta tus sentimientos y pensamientos en el papel. Te liberarás de las tensiones. O toma ese libro de Historia o de geografía o de lo que sea y leélo, con espíritu de aprender. Cabe también empezar con un idioma. El inglés o el francés, por ejemplo. En internet tienes muchas posibilidades para hacerlo.También puedes recurrir a esos juegos de mesa que tienes guardados en el fondo de un armario. Parchís, naipes, ajedrez, damas. Todo lo que te aporte algo de evasión es bueno en este momento. Y si tienes media docena de cosas rotas o averiadas, coge la caja de herramientas y al tajo. Y mil cosas más. Se trata de llenar el tiempo, si es posible con utilidad. No de matarlo solamente. Tenemos que superar el shock en el que hemos caído. En ese precipicio interior, mezcla de pensamientos y sentimientos negativos. Dios dirá cual será el desenlace de esto. Yo procuro rezar con frecuencia por esto. Y mañana seguiré la santa misa dominical por televisión. No entendemos nada. Dios sabe más. Ánimo amigo, amiga. Me siento muy próximo a ti. Como si estuviese a tu lado. Y estas palabras son mi conversación íntima, en voz baja. Buenas noches. Hasta mañana. Y si quieres...dime algo.

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