martes, 31 de marzo de 2020

DIARIO DE ESTOS DÍAS…

Día décimo noveno.

Ha llegado el frío y bien que se nota. Esta cuarentena nos ha cogido con la calefacción de casa semi averiada. Solo calientan y poco los radiadores de un lado mientras los otros nada. Así esto tiene un lejano parecido con mis años de infancia. Cuando llegamos de Melilla a Ribadeo, Solamente generábamos calor con la cocina de leña y una cantimplora llena de arena que trajimos de África. Poco más ahora, pero eso estimula los paseos y el ejercicio físico. Ayer salimos al patio interior, una vez más, a acompañar, cantando,a las niñas vecinas. Le dimos fuerte a "la roja baila". ¿Recordáis eso de "Ganaremos con más fuerza una vez más/ vamos a ponerle ganas/Pon tu alma, pon tus sueños a volar/ ganaremos la batalla"? Adecuado para este tiempo de encierro y lucha. Y hablando de futbol, me asombra haber perdido en este mes toda mi afición por él. No lo entiendo, pero es así. Ni me acuerdo ni me quiero acordar. Hay alguna cadena que se empeña todavía en ponernos partidos de hace años. Ayer vi fugazmente pasar por la pantalla a Hugo Sánchez. Mamma mía. Fui apasionado desde que tengo uso de razón. De niño, en Melilla, era el portero del equipo de mi calle. Allí era así, por calles. Partidos terribles y duros como pocos. En Ribadeo jugué cientos de partidos en la hierba del Jardín, junto a los Canapés. Y desde ese tiempo soy fans del Madrid. Y más tarde añadí al Depor. Pero todo eso ha muerto junto a tantas otras cosas en este tiempo de coronavirus. Todo ha pasado a ser relativo. Intrascendente. Prescindible. Lo importante ahora, y lo más vital, es nuestro esfuerzo cada hora del día por cumplir "las normas" del encierro y sobrevivir sin enfermar. Y, a ratos, prepararnos psíquicamente para el futuro incierto que viene. Del encierro saldremos, espero y confío que bien. Pero lo que viene luego ya no está ahora en nuestras manos ni siquiera hacer previsiones. Toca, como nunca antes, vivir día a día.

No cabe duda que internet está resultando nuestra gran ayuda. Nuestro mejor amigo. Entre otras cosas, están abriendo puertas museos que ponen sus colecciones al alcance de un clic. Hay muchos más libros on line y gratuitos. A mi permiten seguir la Santa Misa, la que dejo de hacerlo en mi parroquia habitual, desde sitios tan diversos como Santa Marta (la del Papa), la Almudena, la catedral de Valencia, Santuario de Torreciudad, etc. 

Aunque no lo dije ayer, mi nieta más pequeña, la de dos años, lleva dos días ingresada en un Hospital. Parece que mejora. Así estamos pidiendo a Dios que sea. Ella, la más risueña y sonriente de todos mis nietos. Espero que regrese pronto a su casa, aunque no la veremos hasta que esto termine. Pero el ánimo sigue estando alto y la fortaleza hay que construirla día a día. Veréis, amigos, amigas, como esto pasará, aunque quienes están pilotando esto en nuestro país parece que buscan más las disculpas y hacer política partidista que infundir confianza. Seguimos en contacto por estos lares. Comentando y diciendo aquí sigo, aquí seguimos. Falta menos para que alumbre la nueva y verdadera primavera. Lo siento así. Resistiremos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario