miércoles, 1 de abril de 2020

DIARIO DE ESTOS DÍAS…

Día 20º

Escribo un día más mientras tomo un café casero. ¡Cómo añoro el otro, el de mi cafetería!. La nieta está mejorando bastante, aunque sigue internada. Llegamos ya a la veintena de días de encierro. Todo un récord. Hoy he pensado en algo que es importante también en esta situación. El asunto de la vitamina D. Es sabido que esta es la que modula nuestro sistema inmune, siendo su falta la que nos pone en peligro ante los procesos infecciosos. Y que el sol es la principal fuente de aportación de esta importante vitamina a nuestro cuerpo. Pero como no salimos y el sol apenas lo vemos, corremos el riesgo de déficit de ella. Máxime que con la edad va haciéndose más complicado para todos. Por ello he visto en internet que hay alimentos básicos por su alto contenido en esta vitamina. El salmón, la caballa, el atún y las sardinas, sean en fresco o en lata, son los más importantes. También los huevos, la mantequilla y los champiñones, por citar tres más. Deberemos cuidar este aspecto, al igual que el ejercicio físico. Seguro que en vuestras casas se puede hacer una mini ruta desde la puerta de la calle hasta el punto más alejado. Si lo recorréis bastantes veces al día, mejor a paso más rápido, hacéis una caminata aceptable. Y si os aburre, poned música. Ayuda mucho. Y puestos a esto, podéis bailar un rato. Al ritmo que cada cual lo pueda hacer. Es un excelente ejercicio que requiere poco espacio. Y si sacáis a bailar a vuestro marido, mejor. Pero debéis saber, amigas, que los hombres, en un 90 por ciento no les gusta nada bailar. Si… ya…eso era cuando éramos jóvenes. No quisiera ganarme la antipatía de vuestros maridos, o sea que mejor no les digáis nada.

Después de estos consejos, que nadie me ha solicitado, disculpas pido. Vamos a otra cosa. Recibo en casa siempre el periódico local. Antes de la pandemia, lo leía con avidez. Pero he ido evolucionando. Es terrorífico leer páginas y páginas con noticias sobre el coronavirus. No hay respiro en ellas. Todo es triste, penoso y agobiante, porque la enfermedad y la situación lo es. Así que paso de puntillas, ojeando algunos titulares y lo dejo. Le dedico más tiempo a hacer alguno de los pasatiempos. Me centro en el damerograma y la búsqueda de las ocho diferencias. Hacer algunos pasatiempos, aparte de entretener, es un entrenamiento para la mente muy interesante. Vaya… hoy me ha dado por ponerme de consejero. Solo me falta que saque la faceta de consejero matrimonial, ahora que la larga convivencia parece que hace saltar algunas chispas en algunos hogares. Pero no lo haré. ¿Los ánimos? Altos y adaptado a unas rutinas de días todos iguales. Tiene miga la cosa. A los que somos “creativos” no nos va del todo la rutina rutina. Pero yo me he adaptado y al hablar con mis amigos veo que les pasa lo mismo. Creo que me voy a meter con un trabajo inmenso. Ordenar y clasificar las cientos y cientos de fotografías que duermen el sueño de los justo en cajas y álbumes. También es muy bueno para la cabeza. Ayuda. Y más aún rememorar y recordar los detalles de cada una. Pero es como subir el Tourmalet andando. No se. Mejor lo dejo para la semana que viene. Total abril nos lo vamos a pasar en casita. Sobre todo los mayores de 65 años. No es pesimismo, es purito realismo. Pero eso ya casi no me importa con tal de esquivar al virus maldito. Y voy a cortar porque cuando el teclado se lanza no tengo freno. Nuevas disculpas. Nos vemos por aquí a lo largo del día. Y comentamos. ¿Vale? ¡¡Resistiremos!! ¡¡Que sí!!

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