lunes, 30 de marzo de 2020

DIARIO DE ESTOS DÍAS…

Día décimo octavo.

Hoy amanecí dos horas más tarde de lo habitual. El cambio horario del otro día y la ausencia total de ruidos fueron culpables. El silencio esta mañana era total. Casi molestaba a los oídos. Nada que ver con el que noto la primera noche, cada vez que duermo en mi casa de Ribadeo. Allí, en el Jardín donde vivo, sorprende ese silencio, pero lo rompen la infinidad de pájaros que andan alrededor, saltando de rama en rama. Estos días, a las 8 y media de la tarde, por iniciativa de las dos niñas de mis vecinos de piso, tenemos pequeño concierto en el patio interior del edificio. Puntuales, arrancan con su equipo de música y llenan el patio de canciones y de música. Mi mujer y yo somos los únicos adultos que salimos a la ventana. Otros niños lo hacen de otros pisos. Ayer, tratando de hacer una concesión a nuestros tiempos, nos pusieron "Tómbola", la vieja canción de Marisol. Son muy simpáticas, pero el resto del vecindario mayor parece que no está por la labor. Terminamos con el Resistiré, del Dúo Dinámico que, provisto de un folio con la letra, entoné a pleno pulmón. Menos mal que estábamos en petit comité. Ayer estuvimos en silencio, con una vela, en recuerdo de los muertos por el Covid-19. Pero hoy ya tienen puesto un cartel en la ventana que dice "esta noche cantamos". Mis nietas, las que están confinadas en la casa de su abuela en Guitiriz, nos han dicho que ha empezado a nevar.

Estos días, entre la desconfianza que provocan algunas informaciones de la tele, los bulos abundantes y la proliferación de post en redes sociales de baja credibilidad, hay mucho miedo acumulado en la gente. Mejor no dejarse arrastrar por todo eso. A seguir con lo nuestro: ejercicio físico, leer, ver alguna película, escuchar música, cocinar receta en mano...todo eso de lo que ya hemos tratado en días anteriores. Para mí la lectura, escuchar alguna canción de las que me gustan y volver a ver alguna película de mi colección de DVDs, están siendo buena medicina. Ayer vi una de Jack Lemon y Walter Mathaus, "Bandeja de plata". Es una pareja que me divierte y permite evadirse bien, a base de humor, de las penurias del encierro en que estamos. Yo llevo ya 18 días, no confinado si no atrincherado que es un concepto como distinto. De mi puerta para adentro no accede ni Blas. Cerrada a cal y canto. Cuando me traen cosas del Super, cada equis días, todo queda fuera, en la puerta del ascensor. Allí, dotado de guantes, abro paquetes y todo lo que entra en casa es lavado minuciosamente con agua y una gota de lejía. Mi hija dice que exagero y que nos pasamos. ya...ya.. a mi con esas. Tolerancia cero. Bueno, hoy me han salido estas líneas demasiado personales. No os quiero aburrir más. Espero que sigáis todos bien. Nos "vemos" y nos encontramos por aquí una vez más. Un saludo a todos, con una reverencia de cabeza que es lo que viene a partir de ahora. Cuando esto pase nos vamos a encontrar raros sin besitos ni apretones de manos. pero yo creo que esos convencionalismos sociales han pasado ya a la historia. Personalmente me gustaría eso, tan del Oeste americano, de tocar ligeramente con los dedos de la mano derecha el ala del sombrero, con una sonrisa y una levísima inclinación. Pero eso era para saludar a las mujeres y ahora puede ser políticamente incorrecto. Así que lo haremos a lo japonés. Inclinación de cabeza. Ya me diréis esta tarde y noche. Acordaos, los que queráis, de rezar algo por los que los están pasando peor. Un cordial y amistoso saludo a los más amigos y a los menos conocidos. ¡¡¡Resistiremos!!!

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