domingo, 29 de marzo de 2020

DIARIO DE ESTOS DÍAS…

Día décimo séptimo.

Empieza una nueva quincena de aislamiento. Ahora más generalizado. Hemos cambiado ya una hora en nuestros relojes, en esa rutina anual. Ya hice mi sesión de ejercicio físico y recibí mi pequeña ración de sol en la terraza. Los geranios en sus macetas empiezan a echar las primeras flores. Parece anuncio de tiempos mejores. Así que hoy recomiendo, de nuevo, varias cosas. No debemos decaer. Mantener la forma física, en lo posible por las ganas y el espacio de nuestras viviendas. Sea gimnasia, sea paseo y hasta el baile sirve a este propósito. Intentar alimentación sana y suficiente. No pasarnos, salvo en ese postre que hemos hecho con unas recetas de internet. Tenemos el peligro de coger peso por la inactividad y falta de movimiento. Y hay que seguir, con más cuidado y esmero si cabe, con las medidas de lavado de manos, uso de geles detergentes y desinfectantes, guantes si tenemos que salir y demás medidas. Pero, ahora pasa a ser muy importante el cuidado psicológico. El encierro, unos lo llevamos bien, pero otros os notáis enjaulados. Y eso puede llevar a la ansiedad y a la inquietud. Vamos a por ello. Pensamiento clave: en casa el riesgo de infección es escaso. Fuera enorme. Por tanto, elegimos lo menos malo. Obvio. Pues eso hay que tener clarito en la mente. Ocupemos el tiempo al máximo, huyendo de estar todo el día pendiente de televisión y radio para conocer las noticias. Un poco sí, para estar al día. Pero nada más. Yo huyo de todas las explicaciones de la maldad de este virus y sus consecuencias. Eso sí, procuremos rezar por los que están enfermos y en peor situación. Les ayudamos así. Otra cosa no podemos hacer. Hay multitud de cosas que pueden ocupar nuestro tiempo en casa estos días. Si lo pensamos un poco nos podemos sorprender de su diversidad. Cada uno tendremos nuestros gustos y preferencias, desde luego. Y una vez más, pensamientos y energía positiva. Arriba los ánimos. Toca ser fuertes. Y es momento de enseñar a nuestros hijos y nietos a serlo también. Y a mutar, por obligación, abundancia por sobriedad, vida fácil por austeridad. Será una buena enseñanza para ellos. Los de mi generación ya lo experimentamos así en nuestra infancia.

Los que sois creyentes tenéis, a diario, la Santa Misa en diversos medios de televisión e internet. Se acerca la Semana Santa. El próximo domingo será el de Ramos. Por tanto es tiempo para enderezar el rumbo. Somos ya muchos los que nos encontramos aquí, en Facebook. Sobre todo en la tarde y noche. Pero, también estamos inundados de bulos y noticias falsas. Hay que estar despiertos y separar el trigo de la paja. También hay muchas iniciativas buenas y loables. Es tiempo de solidaridad. De acompañar, sobre todo a quien está más solitario y necesitado. Aunque sea de un rato de conversación telefónica, de WhatsApp o en redes sociales. Pese a que hay cosas que no se están haciendo bien en nuestro país, el esfuerzo colectivo de confinamiento dará sus frutos. Llegará un momento en que la curva de infectados irá, día tras día, para abajo. Será el amanecer de la realidad de nuestras esperanzas de ahora. De lo que ahora soñamos. Seguiremos conectados, charlando, comentando entre nosotros. Señal de que estamos aquí y ahora al pie del cañón y en plena lucha. Ganaremos. Resistiremos. ¡Que sí! ¡Ya lo verás!

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