domingo, 22 de marzo de 2020

DIARIO DE ESTOS DÍAS...

Día décimo.

Hoy las cosas se han puesto más duras. Ya lo esperábamos. Me refiero a la prolongación del estado de alarma y de las medidas de confinamiento en que nos encontramos. Muchos ya pensábamos que tendría que ser así. Se necesita tiempo para que pueda dar fruto nuestra sacrificio, enorme, de permanecer encerrados en nuestras casas. Así que no queda otra, al mal tiempo buena cara. Seguiremos todos cumpliendo las órdenes y consejos a rajatabla. Tenemos miedo, como no. Veía ahora en la tele una película española con las fiestas de un pueblo hispano de los cincuenta. El torero, a la vista del toro, siempre tiene miedo. Lo lleva dentro. Pero sale, le hecha valor, y logra el triunfo. Nosotros también. Tenemos que seguir apretando los dientes y poniendo en liza el valor de continuar cumpliendo con el confinamiento. Pero TODOS. Ahí sí tenemos un problema. Los que o no sean enterado de que esto es grave o no quieren enterarse. Hay gente que sigue saliendo a dar un paseo o a correr. Y otros a pasar el final de semana o unos días en su casita en el pueblo o en la costa. No se han enterado. El sacar el perro a hacer sus necesidades a la calle y darle una vueltecita no es ir nosotros a dar un paseo aprovechando la disculpa del perro. Y su necesidad de correr es la misma que yo tengo de ir a caminar unos kilómetros por el paseo marítimo. Y esto se está dando mucho. En mi ciudad y en la vuestra. No solo es un mal ejemplo y una falta de solidaridad con los demás. Es poner en peligro tu salud y la mía. ¡A ver si lo logran entender de una vez!

Amigos, una nueva tarde avanza. Tecleo este post y pienso en esta nueva vida. Ese desierto en el que nos hemos adentrado. Esas altas cumbres que debemos de ascender para ir al otro lado. Nos espera esfuerzo. Sudor y puede que algunas lágrimas. Pero estamos siendo fuertes. Tenemos que seguir cuidando al máximo nuestro estado físico. Haciendo el ejercicio, la gimnasia, caminando por los pasillos de casa al ritmo de la música o canturreando una canción que te sale del alma. Hoy lo hice así con esa eterna canción gallega de "A Virxen de Guadalupe" o "A Rianxeira". Y de paso le pedía a esa Virgen que actuase al estilo de las Bodas de Caná. Pidiéndole a su hijo Jesús, no vino, si no que esta dura prueba de la pandemia vaya tocando a su fin y las curvas de infectados enderecen su ritmo y empiecen a caer. Todos a una en lo mismo. Pidiendo esto. Y cuidemos el aspecto psicológico permanentemente. Yo así trato de hacerlo. E incluyo en esto el tiempo que dedico a Facebook. A ver vuestros comentarios a mis post y pensando en aportar mi granito de arena en ese apoyo. ¡Por vosotros! Resistiremos!!!!!

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