domingo, 5 de abril de 2020

DIARIO DE ESTOS DÍAS…

Día 23º

Los días de encierro se van acumulando y nuestras rutinas ya están muy consolidadas. Y sin el agobio del reloj que ha desaparecido de mi vida. Hoy me dio por pensar en nuevas cosas que podría incorporar a mi día a día. Aunque ya lo tengo lleno y llego a la noche con sensación de haber hecho solo un par de cosas. Entonces pensé, en una tormenta de ideas auténtica. Podría recuperar la guitarra y hacer un curso por ordenador. O aquello de la armónica que en mis años infantiles tuvo su gracia, aunque no aprendí a tocarla. No es posible, no tengo la armónica ni la guitarra ahora. O jugar al ajedrez contra el ordenador. Si podría ser entretenido, pero... no lo veo. No lo veo para estos días. Dibujar, sacar los carboncillos y demás... Antes me gustaba y no lo hacía mal del todo. No, mejor otra cosa. ¿Las fotografías? ya lo hemos dejado para después de Semana Santa. ¿Los arreglos en casa pendientes? ya tienes las herramientas a mano... No... pufff, no me apetece hoy. ¿Y que tal volver a tu antiguo hobby de la radiotecnia? Eres titulado en radio y pasaste muchas horas haciendo aparatos que funcionaban. ¿Te acuerdas? Que si me acuerdo. Era una gozada... pero hace años que tiré todo el material y los libros. No sirve. Ya lo tengo. quizás hacer un curso de inglés, o de alemán , o de italiano, por internet. No...no lo veo tampoco. Mucho tiempo y mucha dedicación. Al cabo de media hora concluí que mejor sigo como estoy y con lo que hago a diario. Es decir ejercicio físico + leer + escribir un rato + música + una película diaria + caminar por la ruta del pasillo, cocina y mi despacho + trabajos domésticos (cantidad!!!) +.... Bueno tengo que eliminar de la lista los veinte minutos de canto en las ventanas del patio interior con las niñas vecinas. Era muy divertido pero ha debido de haber alguna queja de un vecino porque ya no sale nadie a cantar. Así que ahora me canto a mi mismo, o sea en voz para adentro, el Resistiré y algunas cosas más. Solo que como no me oigo pierdo el compás.

Y cambiando de tema, me pregunto si seremos capaces de sacar de esta dura experiencia que estamos viviendo, cuando termine, algunas conclusiones a aplicar en el futuro. Me refiero a nuestra vida ordinaria, a la política, a la vida social. No se, los hispanos somos de una madera especial. Y tanto somos capaces de dar un vuelco a todo esto como de volver a las andadas. Pero por el momento, quizás lo importante sea no quedarse enganchados en la pena y el lamento. Esto sería peligroso para nuestro equilibrio psíquico. Así que es preferible pensar poco en las dificultades de la situación y creer más en que lo vamos a superar con nota. Claro que eso también requiere ayuda de arriba, del buen Dios que cuenta con que le llamemos y le pidamos. Lo necesitamos porque no somos superhéroes, sino criaturas muy, pero que muy, vulnerables. Mañana empieza la Semana Santa. Y ahora me acuerdo cómo el día de hoy era ya de desembarco colectivo de amigos en Ribadeo. El reencuentro después de largos meses. Era bonito ir a casa de mi amigo Luis, bajar a la calle y salir al encuentro de la vieja pandilla de compañeros de estudios. Vale. Seguimos en contacto y cuento con vuestra presencia por estos lares del Facebook. Para vernos, para saber que ahí estamos, para animarnos. Para seguir llenando el tarro de nuestra esperanza. Nos vemos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario