DIARIO DE ESTOS DÍAS.
DÍA 32º
Leía hoy en la prensa un estudio de sociólogos -un tanto precipitado dado lo poco que aun sabemos a día de hoy- sobre cómo será el día después. Cómo será la vida social una vez terminada la crisis sanitaria. Todo puras hipótesis. Pero coincidentes en que van a cambiar muchas cosas. Entre otras que vamos a ser más desconfiados con el entorno social, tendremos menos intimidad y las formas de saludo cambiarán. Otras muchas cosas. Pienso de otro modo. Creo que en estos días de encierro está surgiendo más solidaridad entre todos y más unión. Salvo en los políticos que siguen descaradamente a la gresca y a pensar y decir "que bien lo hago". Creo que el cuerpo social, ese que sale a aplaudir a los sanitarios y a los policías, ha entrado en otro tiempo, en considerar las cosas de otra manera. La clave es ¿qué es lo verdaderamente importante? ¿No estaríamos errados en el camino, corriendo tras lo que ahora vemos no valía tanto la pena? Ahora, muchos -quizás la mayoría- pensamos que la familia, nuestra familia, es lo principal. Estar juntos, unidos, querernos, expresarnos ese cariño, ayudarnos. Y nuestros amigos, esos con quienes hemos hablado por teléfono o WhatsApp estos días o hemos conectado por redes sociales. Esos con los que nos hemos alegrado juntos de estar bien en nuestras casas. Esos son importantes para nosotros. Y lo es el sector de la sanidad al que deberemos estar agradecidos por su largo esfuerzo. Y sobre todo, para los creyentes, es muy importante la relación con Dios. En estos días hemos acudido con frecuencia a Él, para pedir por el fin de esta pandemia. Algo que llegará. Pero quizás nos habremos reconciliado con Él. Y también será importante cuidar más la Naturaleza y disfrutar de ella. Hay muchas cosas bonitas y bellas en la vida, que ahora echamos de menos, que habrá que poner en lugar de las ambiciones, del bienestar a toda costa, del materialismo insaciable, de tener... tener y tener. Habrá que luchar más por los más desfavorecidos y buscar una sociedad más equitativa y justa. Tantas cosas. Será necesario rehacer nuestra escala de valores. Y que la paciencia, la sonrisa, el gesto amable, la paz sean nuestras metas cotidianas. Ardua tarea para la que estamos llenando, en este confinamiento, el depósito de combustible.
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